-Difuminando tristeza-
Mi tristeza y dolor se difuminan si me drogo con la anestesia
de tu retina,
si con tus manos alivias este dolor producido por la
ansiedad de no
encontrar la forma de hallar un mundo mejor. El cielo negro
me quiere absorber, pero evado la oscuridad dentro de tu ser
… soy libre, puedo crecer.
Sigue afuera la guerra cruda, pero gano la batalla si
amanecer contigo bajo sábanas aseguras.
Mi mirada perdida se centra en tu cuerpo, quiero volar contigo como un
negro cuervo,
ser eterno infierno ardiendo en tus llamas, si en el fin de la espera en tu
cama con ternura
me reclamas.
Como Pablo Hasél te digo: “toma mi soledad para que nunca
estés sola”, la mejor pistola es la
palabra, pasa de prepotentes subnormales que nunca sabrán lo que es sentir a raudales,
eres
inteligente y sabes diferenciar, cógeme la mano y vamos
lejos ya es hora de volar.
Quiero callar en silencio en tu boca, que tu saliva
cicatrice las heridas del pasado
que me trastoca … en tus senos está el presente, y no hay más futuro que en mi cama poder
verte.
En un resplandor de felicidad siempre te vi, quiero
congelarme quitando escarcha de tu
pelo, que el amanecer me pille demostrando que te quiero,
volar con tus gemidos
en la cama, atar la libertad a tu pecho, y el barbecho sentimental aniquilar siendo
testigos tus labios si me pueden besar.
No te voy a soltar, porque sólo tú me has devuelto la
sonrisa, porque una brisa de aire
llegó, eres el viento que siempre vi que me meció, y ahora
en tu regazo te emplazo
a la eternidad, que me haga más soportable la realidad,
empeñada en vanidades
y abismos, ahora soy el Sócrates que se conoce a sí mismo,
tú me completaste
compañera, fue larga la espera, pero mereció la pena como
dijo camarada arenas.
Quiero exprimir de tus labios la redención, y obtener de mi
cuerpo tu reclamo con te amos.
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