lunes, 4 de febrero de 2013


-Difuminando tristeza-
Mi tristeza y dolor se difuminan si me drogo con la anestesia de tu retina,
si con tus manos alivias este dolor producido por la ansiedad de no
encontrar la forma de hallar  un mundo mejor.  El cielo negro
me quiere absorber, pero evado la oscuridad dentro de tu ser …  soy libre, puedo crecer.

Sigue afuera la guerra cruda, pero gano la batalla si amanecer contigo bajo sábanas aseguras.
Mi mirada perdida se centra  en tu cuerpo, quiero volar contigo como un negro cuervo,
 ser eterno  infierno  ardiendo  en tus llamas, si en el fin de la espera en tu cama  con ternura
me reclamas.

Como Pablo Hasél te digo: “toma mi soledad para que nunca estés sola”,  la mejor pistola es la
palabra, pasa de prepotentes subnormales  que nunca sabrán lo que es sentir a raudales, eres
inteligente y sabes diferenciar, cógeme la mano y vamos lejos ya es hora de volar.
Quiero callar en silencio en tu boca, que tu saliva cicatrice las heridas del pasado
que me trastoca … en tus senos está el presente,  y no hay más futuro que en mi cama poder
verte.

En un resplandor de felicidad siempre te vi, quiero congelarme quitando escarcha de tu
pelo, que el amanecer me pille demostrando que te quiero, volar con tus gemidos
en la cama, atar la libertad a tu pecho,  y el barbecho sentimental aniquilar siendo
testigos tus labios si me pueden besar.

No te voy a soltar, porque sólo tú me has devuelto la sonrisa, porque una brisa de aire
llegó, eres el viento que siempre vi que me meció, y ahora en tu regazo te emplazo
a la eternidad, que me haga más soportable la realidad, empeñada en vanidades
y abismos, ahora soy el Sócrates que se conoce a sí mismo, tú me completaste
compañera, fue larga la espera, pero mereció la pena como dijo camarada arenas.
Quiero exprimir de tus labios la redención, y obtener de mi cuerpo tu reclamo con te amos. 



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